La Residencia

PERSONAJES DEL PASADO:

La hermana Cecília Sorolla i Zapater

La primera fundación de la Congregación de Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz fuera de Barcelona fue en Arbúcies.

En mayo de 1941, Encarnación Canals compró la primera casa de la Congregación de las Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz, convirtiéndola en la «Casa de Salud de la Santa Cruz» destinada a la convalecencia de trabajadores pobres y ejercicios espirituales. La Hermana Cecilia Sorolla, nacida en 1905 en la localidad de La Mata de Morella (Ports, País Valencià), fue nombrada superiora.

Cuando las Hermanas Hospitalarias llegaron a Arbúcies, se vivían tiempos difíciles de posguerra. Era una época de mucha pobreza, venganzas y odios.

La Hermana Cecilia procuró pacificar las ideas y las tensiones, ya que muchos hijos no entendían por qué debían ser víctimas de hechos de una guerra sin sentido humano. Poco a poco, el pueblo se abrió camino y la Hermana Cecilia experimentó la satisfacción de ver prosperar el pueblo y el reencuentro de familias que el odio y la venganza habían separado.

Su obra había sido posible gracias a su gran corazón, que nunca discriminó a nadie, fuera o no de ideología religiosa, para ella solo había un objetivo: «hacer el bien».

La Hermana Cecilia pasó varios años conviviendo y amando al pueblo de Arbúcies, y fue superiora en dos ocasiones. Su traspaso a la casa del Padre fue el 19 de mayo de 1975.

En el pueblo de Arbúcies hay una calle dedicada a su nombre, como reconocimiento a una religiosa que, hoy en día, se podría decir que fue promotora de muchas obras sociales y benéficas, y las promovió sin tener recursos económicos, pero sí una gran bondad de corazón.

Hoy en día, la Casa de Reposo es una residencia que acoge a 68 residentes, 51 de ellos con plaza colaboradora y 17 en plaza privada, además de 6 plazas de centro de día.

La hermana Cecilia y el obispo Cartanya. Foto:Ahma